RTVEEl Bayern de Múnich se ha llevado por delante al mejor equipo de los últimos años con una imponente superioridad que destruye por completo las aspiraciones del Barça de regresar a su recordado Wembley, el estadio donde se jugará una final para la que el Bayern ya ha reservado plaza. [Datos y estadísticas del Bayern de Múnich 4-0 FC Barcelona]
Poco, o nada, pudo hacer el equipo de Tito Vilanova en el Allianz Arena. Los azulgranas se vieron superados en todas las facetas del juego ante el vendaval de fútbol en el que se ha convertido el Bayern de Múnich en esta recta final de la temporada. Seguro atrás, imperial en el medio campo y demoledor en ataque, los de Heynckes arrasan al que ose ponerse por delante.
Los alemanes afrontaron estas semifinales tras acumular goleadas en su Bundesliga, la que ya han conquistado, y han continuado su festival con un impresionante 4-0 que ha descuartizado a un Barça privado del mejor Messi y de su mejor arma, el control del centro del campo, dominado por Müller, Schweinsteiger y un formidable Javi Martínez.
No le hizo falta a Heynckes preguntar a Guardiola por una táctica que dejó al Barça inoperativo. El conjunto azulgrana esperó ante un Bayern que tomó la iniciativa desde el inicio y en el primer minuto ya había disparado a puerta con un chut a bocajarro de Robben, mientras que el Barça tardaría otros 67 minutos en efectuar su primer y único disparo a puerta del partido.
La diferencia en los números dibujaba la realidad que se vivía en el campo, donde el marcador empezó a dar la razón al Bayern con el primer gol de Thomas Müller, que cabeceó a la red un primer cabezazo de Dante, que se apoyó en Alves para alcanzar el esférico, en la segunda de las decisiones polémicas de Viktor Kassai. La primera, diez minutos antes, fue una clamorosa mano de Piqué dentro del área que encolerizó a los jugadores locales.
El Bayern minimiza al BarçaDespués de una segunda mano en el área azulgrana, esta vez de Alexis tras remate de Dante, el partido se fue a una segunda parte en la que se esperaba una reacción del Barça que nunca llegó. El Bayern no detuvo el rodillo y amplió la ventaja con el segundo gol de la noche, obra de Mario Gómez en fuera de juego tras una dejada de cabeza de Müller.
El segundo gol animó todavía más al Bayern, que descosía al Barça con las llegadas de Ribéry y Robben, y los centros al área. El Barça, impotente, buscaba a un Messi lento e impreciso, bien controlado por el centro del campo bávaro. Tuvo que ser Bartra el encargado de disparar el único disparo a puerta de los culés, detenido por Neuer.
La tímida mejoría azulgrana se vio sepultada por el poderío alemán al contragolpe. En el minuto 72, Ribéry echó a correr, metió para Schweinsteiger y éste abrió para la carrera de Robben, que dribló a Jordi Alba y batió a Valdés. De nuevo la polémica estuvo presente con un bloqueo previo de Müller al lateral español que Kassai volvió a obviar.
Después de que Bartra dispusiera de una nueva oportunidad y cometiese una nueva mano en el área, el Bayern apretó de nuevo el acelerador y Müller puso a prueba a Valdés antes de que rematara a bocajarro el cuarto tanto de la ida de semifinales.
Cuarto mazazo para un Barça derribado, que tendrá que hacer algo más que un milagro para levantar su peor resultado en los últimos cinco años. Lo encajó en Múnich, en casa del equipo más temible de la temporada y, una vez más, ante un arbitraje para olvidar en Europa.
Poco, o nada, pudo hacer el equipo de Tito Vilanova en el Allianz Arena. Los azulgranas se vieron superados en todas las facetas del juego ante el vendaval de fútbol en el que se ha convertido el Bayern de Múnich en esta recta final de la temporada. Seguro atrás, imperial en el medio campo y demoledor en ataque, los de Heynckes arrasan al que ose ponerse por delante.
Los alemanes afrontaron estas semifinales tras acumular goleadas en su Bundesliga, la que ya han conquistado, y han continuado su festival con un impresionante 4-0 que ha descuartizado a un Barça privado del mejor Messi y de su mejor arma, el control del centro del campo, dominado por Müller, Schweinsteiger y un formidable Javi Martínez.
No le hizo falta a Heynckes preguntar a Guardiola por una táctica que dejó al Barça inoperativo. El conjunto azulgrana esperó ante un Bayern que tomó la iniciativa desde el inicio y en el primer minuto ya había disparado a puerta con un chut a bocajarro de Robben, mientras que el Barça tardaría otros 67 minutos en efectuar su primer y único disparo a puerta del partido.
La diferencia en los números dibujaba la realidad que se vivía en el campo, donde el marcador empezó a dar la razón al Bayern con el primer gol de Thomas Müller, que cabeceó a la red un primer cabezazo de Dante, que se apoyó en Alves para alcanzar el esférico, en la segunda de las decisiones polémicas de Viktor Kassai. La primera, diez minutos antes, fue una clamorosa mano de Piqué dentro del área que encolerizó a los jugadores locales.
El Bayern minimiza al BarçaDespués de una segunda mano en el área azulgrana, esta vez de Alexis tras remate de Dante, el partido se fue a una segunda parte en la que se esperaba una reacción del Barça que nunca llegó. El Bayern no detuvo el rodillo y amplió la ventaja con el segundo gol de la noche, obra de Mario Gómez en fuera de juego tras una dejada de cabeza de Müller.
El segundo gol animó todavía más al Bayern, que descosía al Barça con las llegadas de Ribéry y Robben, y los centros al área. El Barça, impotente, buscaba a un Messi lento e impreciso, bien controlado por el centro del campo bávaro. Tuvo que ser Bartra el encargado de disparar el único disparo a puerta de los culés, detenido por Neuer.
La tímida mejoría azulgrana se vio sepultada por el poderío alemán al contragolpe. En el minuto 72, Ribéry echó a correr, metió para Schweinsteiger y éste abrió para la carrera de Robben, que dribló a Jordi Alba y batió a Valdés. De nuevo la polémica estuvo presente con un bloqueo previo de Müller al lateral español que Kassai volvió a obviar.
Después de que Bartra dispusiera de una nueva oportunidad y cometiese una nueva mano en el área, el Bayern apretó de nuevo el acelerador y Müller puso a prueba a Valdés antes de que rematara a bocajarro el cuarto tanto de la ida de semifinales.
Cuarto mazazo para un Barça derribado, que tendrá que hacer algo más que un milagro para levantar su peor resultado en los últimos cinco años. Lo encajó en Múnich, en casa del equipo más temible de la temporada y, una vez más, ante un arbitraje para olvidar en Europa.
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