Alemania le gana los dos primeros asaltos a España. Después del 4-0 del Bayern al Barça, llega un 4-1 delBorussia de Dortmund al Real Madrid que deja a los blancos un poco menos tocados que a los azulgrana, pero en una desventaja evidente. [Así hemos contado el Borussia Dortmund 4-1 Real Madrid]
Así, se ha pasado de la posible final española a una casi segura alemana. El polaco Robert Lewandowskihizo de figura para el Borussia con un 'póker', mientras que Cristiano Ronaldo surgió como llama para la esperanza madridista, con un solitario gol que hace soñar con un imposible.
Desempolvar del archivo la remontada del Depor al Milan en 2004 le sirvio al Barça en octavos contra los 'rossoneri'. Un resultado igual, incluso con un gol menos, bastaría a los de Mou.
José Mourinho retó a Jurgen Klopp a un ejercicio de honestidad y salir a por todas. El técnico germano, más bien su equipo, recogió el guante lanzado por el madridista con un vendaval que dejó en evidencia al Madrid, abriendo heridas que ya parecían cicatrizadas a estas alturas de la temporada.
El equipo español no tuvo la posesión, el contragolpe letal solo asomó una vez y gracias, no tuvo el orden ni la concentración defensiva que había pedido su entrenador para no conceder los mismos goles que en la fase de grupos contra el mismo rival y no mostró carácter. Sobre todo eso.
Así, se ha pasado de la posible final española a una casi segura alemana. El polaco Robert Lewandowskihizo de figura para el Borussia con un 'póker', mientras que Cristiano Ronaldo surgió como llama para la esperanza madridista, con un solitario gol que hace soñar con un imposible.
Desempolvar del archivo la remontada del Depor al Milan en 2004 le sirvio al Barça en octavos contra los 'rossoneri'. Un resultado igual, incluso con un gol menos, bastaría a los de Mou.
José Mourinho retó a Jurgen Klopp a un ejercicio de honestidad y salir a por todas. El técnico germano, más bien su equipo, recogió el guante lanzado por el madridista con un vendaval que dejó en evidencia al Madrid, abriendo heridas que ya parecían cicatrizadas a estas alturas de la temporada.
El equipo español no tuvo la posesión, el contragolpe letal solo asomó una vez y gracias, no tuvo el orden ni la concentración defensiva que había pedido su entrenador para no conceder los mismos goles que en la fase de grupos contra el mismo rival y no mostró carácter. Sobre todo eso.