HUERMUR se ha dirigido a las asociaciones y federaciones de recuperación de chatarra de Murcia y Alicante, así como a numerosas chatarrerías de nuestro entorno, para evitar que esta reja pueda ser vendida o destruida, así como ninguna de sus piezas o partes..
La Asociación HUERMUR lamenta profundamente un atentado contra nuestro patrimonio cultural, fruto de la desidia y abandono en que se encuentra uno de los símbolos del paisaje rural de Murcia, el conjunto de la finca Torre Guil.
Tras la denuncia que esta asociación cursó hace unas semanas dentro del Plan PatrimurSOS, por los derrumbes, daños y el estado de abandono de esta construcción protegida por el Plan Urbano de Murcia y por la Ley de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, nuevos hechos muestran el expolio sufrido por la rejería del paseo de entrada. Dicho paseo, que es el acceso desde la carretera de Mazarrón hasta la casona y sus construcciones anexas, contaba con una imponente reja, que ha sido arrancada en uno de sus laterales.
Estos hechos muestran la inacción y falta de vigilancia del patrimonio cultural, ya que no han sido detectados ni prevenidos por las administraciones públicas, sino que vuelven a ser fruto de la investigación y el trabajo de los vecinos de la zona, los profesionales de los medios de comunicación y las asociaciones.
HUERMUR está difundiendo estos hechos a través de numerosos medios, tanto por redes sociales como por escritos, correos y notificaciones, para evitar que la rejería expoliada pueda ser destruida o se pierda para siempre. Es por ello que se ha puesto en conocimiento de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, por si fruto de sus labores pueden esclarecer estos hechos.
Igualmente, HUERMUR se ha puesto en contacto con las asociaciones, federaciones y entidades que agrupan a los recuperadores de chatarra, gestores de residuos y demás centros donde podrían intentar ser usados los elementos expoliados del monumento, ya fueran rejas completas o trozos de las mismas.
Desde HUERMUR se ha alertado de que se podrían haber presentado en estos locales o se podrían presentar en los próximos días tanto rejas completas como trozos de las mismas, ya sea manteniendo su forma o habiéndola seccionado para evitar su identificación.
Para esta asociación esta desagradable noticia es un nuevo ejemplo del estado de abandono del patrimonio murciano, fruto de la dejadez de las administraciones públicas, “de las que no vemos un rigor a la hora de inspeccionar, prevenir y ordenar las acciones que las leyes ponen a su disposición para conservar nuestro patrimonio”. Entendemos que “actuar ‘a toro pasado’ en Torre Guil es ya la única acción que queda, pero que se perdería una gran oportunidad si no se toman medidas preventivas en otros muchos monumentos que pueden acabar sufriendo los mismos hechos”.
Desde HUERMUR ya se denunció la situación de Torre Guil hace varias semanas ante la Consejería de Cultura, pero se ampliará la información presentada con fotografías y las informaciones que se puedan aportar para esclarecer lo sucedido.
La Asociación para la Conservación de la Huerta presentó el Plan PatrimurSOS hace unas semanas recogiendo más de un centenar de iniciativas de defensa del patrimonio, entre ellas denuncias por daños a monumentos, solicitudes de protección y catalogación, y solicitudes de reconocimientos de entornos de BIC.
Para HUERMUR, con lo sucedido con Torre Guil, “se demuestra una vez más que defender el patrimonio no es una opción, sino una obligación”, y desde esta asociación llevaremos acciones cuantas acciones estén en nuestra mano, ya sea en la calle, pero también administrativas, civiles o penales, para defender el patrimonio cultural de todos los murcianos” y además “señalaremos públicamente a todos los que, por acción o por omisión, colaboren o permiten que sigamos perdiendo los monumentos que nos identifican como murcianos”.
Por último, estudiaremos las acciones y los expedientes llevados a cabo tanto por funcionarios municipales y autonómicos, como por los responsables políticos de los departamentos de ambas administraciones, por si de los mismos pudiera derivarse cualquier tipo de responsabilidad que se pudiera exigir.