Rosario García recuperó ayer su hogar. Después de que su hijo Antonio se divorciase, un juez ordenó como medida provisional -hasta que dictara sentencia- que la exmujer de éste compartiera la vivienda con ellos. Y lo hizo durante dos años con su nueva pareja y un hijo que tuvieron en común. Juntos y revueltos.
Tiene las manos juntas, a la altura de su estómago, y un nudo en la garganta que le impide pronunciar palabra alguna. Son las doce de la mañana y Rosario García está nerviosa, pero feliz y contenta porque va a recuperar la casa donde vivió con su marido. En cuanto llegan los miembros de la comisión judicial, le entregan las llaves y esta mujer accede a la vivienda junto a su hija Fina. Un momento que no olvidarán jamás.
Rosario García recuperó ayer su hogar. Después de que su hijo Antonio se divorciase, un juez ordenó como medida provisional -hasta que dictara sentencia- que la exmujer de éste compartiera la vivienda con ellos. Y lo hizo durante dos años con su nueva pareja y un hijo que tuvieron en común. Juntos y revueltos. |
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Enero 2018
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